El médico que dio a luz al bebé no tomó precauciones para proteger los nervios que van al brazo del bebé. El médico tratante debería haber reconocido que el bebé era demasiado grande para nacer por vía vaginal. Debido al tamaño del bebé, el hombro del bebé se alojó detrás del hueso púbico de la madre durante el parto. La madre afirmó que el médico aplicó una tracción excesiva a la cabeza del bebé, lo que dañó los nervios que van al brazo de su bebé. Después del nacimiento, la madre localizó a un médico que realizó una cirugía para intentar reparar los nervios dañados. Esta operación dio como resultado una mejora parcial de la función, pero la niña sufrirá una función permanente y limitada de su brazo. Se espera que el acuerdo le pague millones a la niña a lo largo de su vida.